¿Sabías que la batería también se resiente dependiendo de nuestra conducción?
Si conducimos de un modo progresivo y suave, conseguiremos alargar la duración de la carga, alargando la vida y autonomía de la batería. Conviene evitar los acelerones y los frenazos bruscos que aumentan el consumo y disminuyen la carga a gran velocidad.
Finalmente, también tenemos que tener en cuenta qué tipo de toma de corriente empleamos. La mejor solución es utilizar aquellas que fomenten una recarga lenta y también es mejor si están específicamente creadas para su uso con vehículos eléctricos. Las cargas rápidas las reservaremos para casos puntuales y de emergencia.
Cumpliendo con estas pautas, conseguirás prolongar la vida de la batería eléctrica de tu vehículo, disfrutando de los beneficios para el bolsillo y el medio ambiente que aporta su uso.